Desde chiquita, Clarita aprendió a vivir y a hacer lo mejor con los recursos que tuviera a la mano, no esperaba que alguien le diera amor sino que se apapachaba ella misma, su fuerza de carácter le ayudó a trabajar duro por cultivar su autoestima hasta hoy en día.
Ahora vive entre frutas y sorbetes de colores y aprendió a leer porque quería entender qué le escribía su esposo. Eran poemas, poemas de amor.
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#clandelasvirtudes